Tuve la bendición de nacer en una época y en circunstancias económicas mas o menos favorables, y mis hijos aun mas.
Tuve la oportunidad de poder jugar, y lo sigo haciendo con mis bebes.
Estoy convencida que todo niño tiene que experimentar el juego diariamente para un desarrollo optimista, alegre, entusiasta, creativo y psicologicamente saludable.
Y los adultos tambien.
Los adultos nos volvemos serios con el paso del tiempo y la suma de responsabilidades. Mas ya explique en otro articulo que para el alma el tiempo no existe. Somos niños, adultos y ancianos a la vez. El ego se amolda a roles sociales establecidos de antemano. La sociedad nos dicta como ser. Mas en el afán de lograr adaptarnos a una vida terrenal dejamos de lado las cosas que nos hacen felices desde siempre.
Adulto, te tengo una noticia. El niño que fuiste quiere salir a jugar. Invitalo a hacerlo. Ponle musica alegre y baila. Rie a carcajadas. Sientate en el suelo con tus hijos, sobrinos o nietos. Toma un juguete. Mira sus colores, escucha sus sonidos. Deja que tu niño interior se deleite y se divierta.
Comparte tu alegria. Si tienes la bendición de poder compartir te invito a conseguir un juguete, a envolverlo en papel de regalo con lindos moños y a salir en busca de un niño o niña cuyas circunstancias hoy no le permiten recibir regalos. Llega hasta ese niño, mirale a los ojos y obsequiale lo que preparaste. Recibe y nútrete de esa mirada ilusionada y emocionada.
Regales lo que regales, envuelvelo. Deja que los niños se lleven la sorpresa de descubrir qué hay dentro. Aunque esa sensación dure un efímero instante lo recordaran toda la vida.
Hoy compartiremos con los niños que Dios disponga un poquito de todo el Amor y Bendición que El derrama sobre nuestro hogar, agradeciéndole los hijos que tenemos y agasajando a nuestros niños interiores.
Hoy es un buen dia para darle un respiro al alma, olvidando por un rato los roles asignados y animándonos a bailar, cantar, reír y jugar.
"Canta y sonríe aun en las dificultades"
Todo aquel que fuera como un niño tendrá siempre una respuesta positiva ante cada situación de aprendizaje que atraiga. Porque todo niño sabe que no hay nada que desee mas que aprender. Que adquirir cada vez mas habilidades para expandirse por el mundo sin supervisión. El niño en su naturaleza, es enteramente espiritual. Cree en angeles, hadas, y sueños. No tiene miedo a nada y por eso los adultos le inventan un cuco en el ropero. Los adultos que olvidaron como eran de niños crían a los niños como adultos, llenandolos de miedos, restricciones y limitaciones. Los cargan de responsabilidades tempranamente restándole tiempo para jugar; entre escuela, ingles, danza, guitarra, computación y deporte pasan sus días ajustados a una estructura que les modela la personalidad, haciéndoles olvidar lo esencial, la espontaneidad de la niñez.
La niñez como tal es reír sin parar, es inventar, es explorar sin miedo motivados por la curiosidad. Es sorprenderse con lo simple, alegrarse con lo sencillo. Es cantar, es saltar. Es JUGAR.
Las almas son eternos niños. Necesitan reir, cantar. Bailar, saltar. Soñar, creer, jugar.
Un adulto en contacto con su niño interior es entusiasta. Alegre. Optimista. Curioso. Tiene fe. Tiene sueños. Y cria niños como niños, formándolos para un mundo cuya consciencia ha despertado del letargo, y se prepara para saltar.
Ánimo niño interior. Tu adulto hoy te escucho.
Por Patricia Méndez