La historia de Alejo, Amor y Milagro
Cierta noche me contacta una abuela desesperada pidiendo intervenciones energéticas angélicas para su pequeño nieto, que acababa de nacer y le habían detectado una insuficiencia pulmonar.
A pesar de haber salido del vientre materno, sus pulmones se comportaban como cuando estaba adentro, abrigadito, respirando a través de mama. Y el oxigeno comenzó a faltarle.
Inmediatamente ingreso a neonatología oxigenado. Asi pequeñito como era lo percibí en sus sanaciones. Enojado porque sentía que le habían arrebatado de su mama. Encaprichado. Seguro de no poder abastecerse a si mismo. Inseguro. Con ganas de irse de nuevo.
Lo mire y le hable como mama que soy. A su lado todos los angeles de las Huestees de San Rafael asistiéndolo como en una cirugía. - Bebe, si Dios quiso que salieras de la panza tan precipitadamente es porque esta seguro de que puedes hacerlo. Aquí afuera el mundo no es tan cruel como parece. Hay amor para vos. Tu mama te ama, tu papa y tu hermana te aman. Te esperan para comerte a besos. Abrazarte, acobijarte, abrigarte. Tenes que quedarte. Nadie te abandono, ni te han arrebatado a tu mama. Ella te llora cada noche.
Cuando toque el corazón de esa joven madre, sentí en mi pecho vibrar esa angustia. Había conocido el peor temor de una madre, el temor de ver morir a tu hijo. Y le toque el pecho y llore amargamente hasta dormirme.
Habíamos iniciado el primer tratamiento energético para ayudar a esta familia.
Cada noche volvía con Alejo y le hablaba. Esta vez lo veía ya como un nene mayor. De diez años, sentado a lado de su cuerpito de bebe, encaprichado. Volvía a insistirle que regresara, que tomara el dominio de su cuerpo. Que recibiera el regalo de la vida. Y asi poco a poco las buenas noticias llegaban.
Los angeles continuaban cerca suyo interviniéndole los pulmones, oxigenando su sangre, revitalizándolo y armonizándolo.
El necesitaba garantías de seguridad, de amor y contención para quedarse.
A los papas les mandaban mensajes de fe y esperanza. Alejo no iba a morir. Iba a luchar como un león por su vida pero ellos como papas debían hablarle y decirle que lo amaban, que lo esperaban, que lo cuidarían, que todo iba a estar bien.
Tambien los angeles les sugirieron algunos cambios de hábitos que debían hacer para recibir y brindar seguridad al pequeño.
Cuando la mejoría era evidente y ya estaba por ser dado de alta, un nuevo problema lo acoge. Desde que nació no había evacuado el meconio que lo enfermó. Se programó una cirugía de emergencia pero fue entonces que pudo dominar su cuerpito y evacuó. A las pocas horas fue intervenido de todas maneras para extraerle un pedazo de intestino muerto.
Mientras tanto desde acá asistíamos a su cuerpo oxigenándole la sangre, limpiándole los chakras involucrados. Todos sus síntomas estaba en mi cuerpo. Su dolor se había dividido para que entre todos lo ayudemos a soportarlo.
Cada ángel sanador amoroso lo asistió en su internación y operación. La familia se transformó para recibirlo. Mi equipo se dividió las oraciones y cada noche yo intervenía con una sanación.
El luchaba desde su lugar intentando liberarse de sus limitaciones, y ganando el dominio de su cuerpo. Ganando el coraje necesario para arreglárselas solito en este mundo.
Hoy cumple un mes, y esta en su casa disfrutando de los abrazos y besos de su familia.
Comparto este caso reciente porque estoy agradecida de corazón a tantas bendiciones y a este milagro de amor.
Todos supimos escuchar los mensajes de Dios. Cada uno desde su lugar hizo la tarea. Los medicos trabajaron, El lucho, su familia se transformó, nosotros óramos, sanamos... Todo fluyó en obediencia a los consejos de Dios. Y fuimos merecedores del milagro.
Felicidades a Alejo, y a su familia por ganar esta batalla!!
Infinitas gracias a Dios por permitirme ser parte de este milagro.
La vida es un gran pacto entre almas. Cuando todos cumplimos con nuestra parte, comienzan los milagros.
Por Patricia Mendez