Los amigos imaginarios

Los niños llevan menos tiempo encarnados que el tiempo que traen de ser almas esperando el momento. Por lo tanto reconocen con mayor facilidad los elementos sutiles que nos rodean. Son pura energía, puro espíritu!

Por ello es normal que en la niñez temprana reconozcan amigos que solo ellos pueden ver. Que cuenten historias de"cuando era grande". Que mencione lugares o personas que en su corta vida actual no pudo haber conocido. Que reconozcan gente la primera vez que la ven, porque lo conoce "de antes". 

Todo esto es parte de su naturaleza espiritual recién encarnada, ajustándose a una vida terrena. 

Pero haremos hincapié en los amigos invisibles, en esta oportunidad. 

Existen tres posibles formas espirituales candidatas a ser amigos de los niños. Los muertos: es decir, las almas desencarnadas que no encuentran la manera de elevarse, o bien no desean hacerlo y siguen apegadas a la vida tridimensional que abandonaron. Los angeles personales, como el de la guarda, que en alguna oportunidad podría ser percibido por el niño. Y los de inferior vibración, o demonios. Que pueden perturbarlo, ocasionándole severos trastornos de sueño, de alimentación y de conducta. 

Como adultos, pareciera que estas fantasías las dejamos atrás. Y la gran mayoría de nosotros, de enfrentarse con algo asi, debido al miedo y a la falta de información, llevaría al niño con un doctor. El mismo, en el mejor de los casos lo medicaría o implementaría técnicas conductuales para ayudarlo a la adaptación, como sugerir rutinas, actividades, una dieta. 

Dos cosas recuerdo respecto a este tema. La primera es una película, El Mayor Pain. El mas pequeño de su pelotón de estudiantes aseguraba no poder dormir porque había un cuco en su ropero. Todos intentaban convencerlo de que no era real para que volviera a la cama. Pero nada parecía calmarlo. Hasta que el Mayor, entra a la habitación y dispara enfurecido contra el ropero en el que habitaba el monstruo temible. 
Problema resuelto. 

Los adultos, a pesar de no ver aquello que asusta a nuestros niños, deberíamos contar con herramientas que nos permitan ayudarlo. Y ese es el objetivo de este artículo. 

Recuerdo una mama muy asustada por los episodios de angustia que hacia su hija, quien en ese momento atravesaba una situación traumática respecto a su salud. Debía someterse con bastante frecuencia a algunos tratamientos invasivos y cirugías. Solía llorar o asustarse porque veía gente que ya había muerto, o inclusive seres oscuros que ella misma describía como demonios. La mama contaba que en varias oportunidades había decidido entrar a la clínica con una espada de juguete que parecía darle seguridad. 

Como todo adulto, su mami pensó que se trataba de algo posible en una niña pequeña sometida a una situación de estrés. Pero sin haber obtenido logros con técnicas convencionales de medicina o psicología, llega a mi. 

Desde aquella intervención energética, estos entes que la asustaban parecen haberse alejado para siempre. 

Lo primordial antes de aplicar cualquier técnica, es reconocer que clase de compañía tiene nuestro niño. 

Si es un alma desencarnada, el niño lo percibirá como una persona que juega con el, que le cuenta historias, que le hace compañía. Normalmente interactúan con ellos, hablan solos cuando juegan, parecen darle ordenes o enojarse con alguien mas. No suelen sentir temor. Y aunque experimentarán algunos cambios de conducta, entran en la categoría de humanas. Se pondrían mas traviesos, mas inquietos, harían mas berrinches. Pero nada sobrenatural. 

Si es una entidad de vibración menor, como un demonio, sentirán miedo. Se sentirán asustados, perturbados, confundidos. Dormirán mal, como si tuvieran pesadillas toda la noche. Evitaran lugares de la casa, o inclusive a personas de la familia. Pueden experimentar trastornos en el apetito, dificultades en la escuela, apatía, desgano. Tristeza, preocupación. 

Un ángel siempre es su compañía, pero en su deber de guardar por el, no tiene permiso para manifestarse de manera que ocasione una interrupción en el desarrollo normal del niño, y mucho menos pasando por alto su libre albedrío. Es decir que si nuestros niños ven angeles que los acompañan, o junto a otra persona es porque acepta verlos, y estas energías sutiles y amorosas no ocasionan ningún tipo de daño sino seguridad, por lo que comúnmente son percibidos cuando el niño necesita sentirse resguardado de alguna situación tridimensional actual, o persona de su entorno. 
Un ángel no conversará con el niño haciendo que éste sufra trastornos de ningún tipo. En niño solo sabrá que esta allí, velando por el, o por alguien que ama. 

El alma en cambio, en su humanidad, interactuara con el como si estuviera vivo, harán travesuras, pelearan, jugaran. Sin embargo estas energías debilitan a los vivos cuando permanecen por mucho tiempo cerca, por lo que es mejor, siempre ELEVARLOS. 

Elevar quiere decir, que ante la presencia de un almita en nuestra casa o en la vida de nuestro hijo, solicitemos en oración la apertura del portal de Luz para que las almas que quieran cruzar, puedan hacerlo. 

"En el Nombre de Jesus, invoco a San Gabriel Arcángel, para la apertura del portal de luz y la elevación de todas las almas aquí presentes. Amen "

Allí, las almas que voluntariamente quieran irse lo harán, a otras mas reticentes a partir, los angeles intentarán convencer de por que es lo mejor, y a las que deciden permanecer se las expulsara del campo magnético de la persona que eleva, según la ley de libre albedrío. 

Nuestro niño no necesitara explicación alguna, entenderá lo que está pasando e inclusive nos hará saber que su amiguito se fue. 

En el caso de perturbaciones mas complejas, se recomienda orar invocando a San Miguel. 

En el Nombre de Jesús, invoco a San Miguel Arcángel, solicitándole que proteja a mi hijo de cualquier presencia perturbadora, lo libere de todo tormento y terror expulsando a cualquier ente ensañado en lastimarlo. Amen. 

Son oraciones con palabras muy fuertes, y por ello, poderosísimas. El niño mejorará instantáneamente, y quizá necesiten repetir estas oraciones varias veces a la semana o al mes hasta lograr una mejoría estable. 

Quizá el desenlace lleve a la aparición de personas mas idóneas para una liberación total. Es decir, esta habilitara la liberación. Abrirá puertas. 
Pero no profundizaremos, porque gracias a Dios, son pocos los demonios que buscan hacer amigos. 

Bueno papis, a vencer el miedo, y a rezar con nuestros hijos. A enseñarles que cualquier cosa que suceda una oración puede solucionarla cuando la hacemos con Fe y naturalidad. 

Proveerle herramientas en lugar de reprimirlos diciéndole que son fantasías, los conducirá a ser adultos que puedan vivir una vida equilibrada, con los pies en la tierra y el corazón en el cielo. Tal como todos deberíamos hacerlo.

Por Patricia Méndez