Sanar para AMAR

Estuve sanando a la niña que fui

Parece caprichoso, un dia escribí que desde que tenia la casa poblada de risas y juegos mi niña interior vivia a flor de piel. Y esa misma noche, me brote de mi dermatitis como nunca antes. Esa niña me gritaba algo. Y los angeles acudieron a su llamado. 

Y es que para la mente lineal, cronológica, habitando un mundo tridimensional, espacial y temporal es una obligación dejar atrás el pasado para avanzar. Pero para el alma, para el espiritu y el corazón solo existe un momento, el presente. Todo lo que fuimos, y seremos, ya esta inscripto en nuestra alma que se vive a si misma en un eterno presente. Yo Soy atemporal. Mi inconsciente, mi alma, mi espíritu lo es. Y aunque mi mente consciente no recuerde siquiera escenas pasadas, mi alma las lleva consigo como efectos, como marcas que resuenan, atraen afines, hacen eco, crean la realidad en la que vive, en el HOY. 
Entonces muchos se preguntaran, que pasa con el pasado que quiero olvidar para seguir adelante!? Si tiene efectos y si el tiempo no existe, como se deja atrás? Sencillamente: sanando. 
El pasado no existe. Existe un eterno presente y un alma que es capaz de amar, de sufrir, de abrazar. Nuestra alma siempre tiene la misma edad. Hoy somos esos niños que alguna vez fuimos, y somos los adultos que somos y somos los ancianos que seremos. 

Pero la necesidad de habituarnos a una vida terrenal, con roles asignados, con reglas, con una estructura física determinada, ajustados a un "tiempo" determinado hace que dejemos atrás lo que mas tarde llamaremos fantasías, estupideces, pero que en el fondo es nuestra Verdad. 

Escuche el grito de mi niña quien a flor de piel comenzaba a brotarse y a darme comezón y a expresar sus heridas. Y me enfrente a esas heridas. Las mire, y dije: Ok, llego el momento. Muestrenme como empezó esta alergia, en que momento de mi vida, que edad tenia, como era mi vida, como era yo. Y me encontré conmigo misma chiquita, tímida, muerta de miedo. Mucho miedo. Y ahí estaban ellos, luminosos, alados. Me tendieron su mano y con mucha duda mi mano pequeña se aferró a las suyas y me abrazaron fuerte, haciéndome sentir segura. Me miraron a los ojos y secando mis lágrimas dijeron; Terminó. Esto terminó. Ya estas bien. Y me hundí en un abrazo eterno de seguridad. De contención. De compañía. De vida. Y fundamentalmente de Amor. 

- Nada te faltará - Escuche que susurraron. Y es que cuando elegimos enfrentarnos con nuestra oscuridad interior y remover las heridas para entender desde cuando y por que sangran, estamos eligiendo a Dios. Aceptando la sanación, sintiendo que realmente la necesitamos para seguir amando cada vez mejor. Pues de eso se trata la vida, de Amar. 

Dios nos arrojo a la Tierra para que aprendamos a amar. Y en esta aventura didáctica la mente recubre de coraza cada golpe recibido, transformándolo en parte de nuestro ego. La consciencia se armara con grandes mecanismos defensivos para que nuestra almita no sufra, no sienta, no ame.

Pero cuando emprendemos el camino hacia la evolución, y nos convertimos en guerreros del ejercito celestial, la principal tarea que nos encomiendan es la de llevar luz hacia nuestros rincones mas oscuros.

Ilumina tu alma, atrévete a ver sus heridas, y animate a ser sanado. 

Solo esas palabras bastaron para rescatar del fondo del abismo a una niñita que muerta de miedo se escondía de los demás evitando el contacto para no ser herida. Eligiendo siempre su cuarto y la soledad. 

Hasta hoy esa niña dentro mío me salvó de caer en la dependencia. De caer en malas elecciones. Quien sabe de cuantas cosas mas. Pero todo el trabajo realizado conmigo misma me hizo merecer una hermosa familia, y esa niñita muerta de miedo al contacto y a la convivencia estaba con dificultades para adaptarse a tanto Amor. Y me brotaba. Como gritando desde adentro, no soporto tanta gente cerca mío. Y entonces escuche su llamado y yo misma le dije: Sal de ahí, ya paso. Ahora estas conmigo y yo misma te voy a cuidar. Y juntas vamos a amar y a disfrutar de la compañía de las personas que amamos. - Y ella salio como un fantasma que volvía a entrar a mi cuerpo, reintegrandose a todo mi ser. 

Yo la acepto como es. Todo esto forma parte de lo que soy. Y hoy, Yo Soy en este eterno presente, cada vez mas cerca de mi esencia, sin heridas que me limiten y me impidan disfrutar del Amor y las bendiciones de mi Padre. 

Para ser Luz primero reconoce que llevas dentro tuyo mucha sombra. Animate a entrar a tus propios cuartos oscuros, y enfrenta a tus cucos. Alúmbrales a la cara y diles - Sal!- y rellena el hueco de la herida con autocompasion, paciencia y Amor. 

Como madre se que quizá no pueda evitarle ningún trauma a mis hijos, pero tengo la certeza de que tendrán estas herramientas para sanarse y ser grandes sanadores. 

INFINITAS GRACIAS PADRE, POR PERMITIRME SER QUIEN SOY A PESAR DE MI MISMA, Y SANAR MIS HERIDAS ABRIENDO MI CORAZON Y PREPARÁNDOLO PARA SENTIR MEJOR AMOR. 

- Muy bien, la vida no se trata de amar mas! Se trata de amar mejor. - y me abrazo, permitiéndole vivir en ese abrazo eternamente. 

Por Patricia Méndez